26.6.06

Entrega 1

Era de noche, recuerdo que las velas ya se habían consimido en su totalidad, ya no había ruido ni murmullos a mi alrededor, solo una copa de vino a mi lado que empezaba a calentarse.
Me levanté, tambaleando y con dolor en las piernas. Fatigada, con un olor a ebriedad indiscutible, subí nuevamente a la azotea y encontré la botella semivacia de aquel vino extranjero que nunca supe pronunciar. Me toqué los labios y la inchazon era evidente. Tomé de la botella ya sin que me importara si alguien me veía, mojé mis labios y el sentir nuevamente esa sensación en mi lengua, fue como inyectarme más energias para resistir esa noche tan... tan... extraña.
Tomé la cigarrera... quedaban pocos, y al tratar de buscar fuego, me encontré con parte de la fotografía que escondí antes de que destapara la botella de vino. Las lagrimas corrieron lentamente por mis mejillas pero ya sin dolor, solo salían por salír de mi cuerpo, por no quedarse otro minuto en mi. Me armé de valor y nuevamente y la tiré hacia atras... de ahí vinieron otros tragos de vino, y otros cigarros para olvidar.
Bajé las escaleras nuevamente, en ese momento me di cuenta que mis pies estaban desnudos, pasé por los vidrios rotos de una copa que supuse era de alguien que estuvo conmigo, pero el dolor era casi igual como mi mala memoria, no me importó en realidad... caminé otros pasos mas y al entrar al baño de mi habitación, senti miedo al verme al espejo...
La imagen de la soledad y la ansiedad eran los rasgos caracteristicos en mi mirada, mis grandes ojos se hundian y con dificultad podía mantenerme quieta frente al espejo. Mi ropa estaba un poco rasgada, no entendia porqué, pero hacer el intento de recordar me parecia casi tan inutil como hacer que mi cuerpo dejada de dolerme en un segundo.
Mojé mi rostro, el agua realmente no sabía si estaba fria o caliente, levanté nuevamente la mirada y esa segunda imagen reflejada en el espejo me decia que estaba completamente perdida, pero no era hora todavía de lamentarme por esa noche.
Salí del cuarto de baño, senti un poco de frio, creo que empezaba a amanecer, tomé nuevamente la botella y ese trago terminó por fulminar mis emociones y por un segundo creo que perdi la nocion del tiempo y el espacio, caminé unos cinco pasos mas sin definir el rumbo y tropecé, caí sin meter las manos para cubrirme y ahí estaba tirada la imagen en papel de la desconocida.
Era la otra parte de la fotografia bañada de vino.
Senti rabia, coraje, ansiedad, nostalgia y todos los sentimientos más extraños, me levanté con más dificultad y golpeandome contra los muebles, no pude más, cai rendida en la cama... y cuando por fin los rayos de luz entraron por la ventana se llevaron las imagenes estupidas y borrosas... rodé en la cama ya más conciente de mi y mis actos... no pude creer que estabas ahí, a mi lado, como siempre... como nunca dejaste de estarlo...
Mi botella de vino... semivacia. Como siempre.

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