23.7.07

Dormir contigo

Las estrellas estaban sonrientes, tus brazos cubrían la noche y espantaban mis miedos.
Sigilosamente tus manos de seda acariciaban mi cabello, esperando a que lleguen mis sueños.
Pero ¿Tú eres un sueño? Aún no creo que sea tan real...
Las sombras de la noche bailan cerca de la ventana y por primera vez en mucho tiempo no espantan.
Entre la espesa oscuridad de la habitación sentía como tus ojos se clavaban en los míos.
Ahora sé que nos decimos lo que sentimos sin palabras.
Cerré los ojos y entonces empezó el verdadero sueño y abrazada a mi nueva realidad, sabía que estabas ahí e inconcientemente no te solté, me abracé no solo a tu cuerpo, también a tu alma, a tu conciencia, a tu intensidad... a tu futuro, a tus planes, a tu vida.
Pero llegó la mañana, la luz entró de golpe a la habitación pero esta vez fué diferente...
De pronto abrí los ojos, salí de ese viaje al cielo al que me acompañaste y lo primero que vi fué tu rostro, al cruzar las miradas supe que este era mi destino y que debo luchar por ello.
Los dos sonreimos y en medio de un suspiro nos acariciamos...
Sabía que no dolería cuando salieras por la puerta, sabía que regresarías.
Ahora estoy completamente segura que quiero despertar contigo siempre.

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