25.3.11

El negocio del Placer (2007)

Ayer en twitter, platicaba con chicas que colaboraron en un proyecto llamado "Metatextos 2.0" La plática encerraba palabras como "funeraria" "autopsia" "amor" y Eliza recordó que ella y yo habíamos escrito acerca de la necrofilia en un ejercicio de Metatextos. Ya va para 4 años de eso. Recordaba el ejercicio pero desafortunadamente perdí muchas cosas e información, incluso de la computadora que en ese tiempo usaba. Pero buscandole en la red, encontré éste y otros dos ejercicios de mi autoria.
Lo comparto porque el espiral de mi vida vuelve a un punto donde muchas cosas quedaron inconclusas. La poesía, mi poesía me seduce nuevamente. Además, en esta etapa de mi vida, el personaje que verán en éste cuento me es muy cercano ahora. Parece que predije lo que hoy tengo entre mis brazos. Así que se los dejo.
jueves 27 de septiembre de 2007


El Negocio del Placer
Pensé que serías igual a las demás que han pasado por aquí. Accedí a verte pero más por obligación que por gusto. De tantas experiencias sólo recuerdo algunas que me dejaron un buen sabor de boca; un niño de 12 años, de rodillas raspadas y cara de ángel; una mujer con unos senos muy firmes, hasta ese chico de cabello rizado que pensé que no me agradaría ha hecho que me acuerde de él con una sonrisa en los labios. Desde hace tiempo el ver a alguien nuevo ya no me hacen sentir emoción. Pero cuando vi tu piel tan limpia, sentí esa necesidad desenfrenada de hacerte parte de mi vida.
Quizás fue la palidez de tus manos lo que me enloqueció. No quise saber tu nombre ni tu dirección, esas cosas nunca me han interesado de mis clientes, es mejor no involucrarse de más. Pero yo tenía que llamarte de alguna manera, me decidí por “Gloria”, qué irónico.
Caminé hasta donde estabas, tan frágil y delicada. Comencé por acariciar tu rostro blanco, con sentir tu piel me excité, acaricié mi sexo y ya estaba listo. Tenías una expresión muy tierna, te gustaba que te tocara o eso quería imaginar. Cuando bajé la sabana y logré ver tus senos fue el momento ideal para atacar, mordí tus piernas, rasguñé tus senos y cuando por fin esa ansiedad empezó a revolverse en mí para explotar, me di cuenta que habías sido la primera en hacerme
sentir vivo.
Por eso te recordaré con mucho cariño. Tu fría piel, la palidez de tu rostro, hasta tu olor nauseabundo se clavará en mi memoria por siempre. Prepararte para tu velorio fue lo mejor que me pudo haber pasado, me hubiese gustado conocerte en vida. Fue delicioso hacerte el amor en mi funeraria… y yo que quería cambiar de negocio.
Autor: Dark Fairy